miércoles, 21 de mayo de 2014


este vídeo nos enseña que hay cosas en la vida que no se pueden controlar, y aunque como doctores podemos aconsejar sobre como afrontar ciertas situaciones, o que cosas se debe hacer para estar tranquilos , cada persona es distinta y cada paciente tiene problemas diferentes, por eso como profesionales de la salud debemos tener en cuenta que hay que individualizar a cada uno de nuestros pacientes y que un tratamiento o un consejo, tal ves no sirva siempre en todos los pacientes, lo mas importante es tranquilizar el paciente, explicarle muy bien como sera el proceso y darles la seguridad de que sirva o no; estaremos pendientes y dispuestos acompañarlo en todo el proceso y le brindaremos todos nuestros conocimientos frente a su problema. 


Como influye en la salud mental, las emociones generadas por determinadas situaciones externas que no son dependientes del individuo; y cuáles son los factores de riesgo para desarrollar una patología mental: 


Esta semana en la rotación se presentó un paciente que luego de un accidente de tránsito, sufrió un trastorno de estrés agudo. Este trastorno consiste en  síntomas que normalmente inician en la primera hora luego del shock emocional, y puede haber desrealización, amnesia disociativa, estar aturdido, respuestas exageradas de sobresalto, inquietud  motora, mala concentración, problemas para conciliar el sueño, síntomas de desesperanza, conductas de evitación de lugares personas o actividades que recuerden el acontecimiento traumático, que muchos de estos eran los síntomas que presentaba nuestro paciente.

Lo más interesante de este tema es que se pensaría que este trastorno se podría desencadenar  por una situación muy fuerte como la muerte de un familiar, una catástrofe natural,  un accidente de tráfico o situaciones demasiado impactantes; pero se han encontrado casos en donde se dan estos síntomas por una ruptura amorosa, la pérdida de empleo, la separación de un ser querido por algún viaje y diferentes situaciones donde aparentemente la mayoría de las personas tendrían la capacidad de afrontarlas sin ningún problema. Aquí es donde nos preguntamos qué hace la diferencia entre una persona u otra, en que al sucederle una situación similar no reaccione de la misma manera? Ahí es donde entran a jugar los factores de riesgo como lo son el estrés crónico, estar a cargo de muchas personas, tener deudas, no realizar actividad física,  no aprender técnicas de manejo del estrés. Además también influye la personalidad de cada individuo, la manera en como esta persona afronta el estrés, si ya ha estado en situaciones parecidas, si tiene o no apoyo familiar o de amigos,  el nivel de educación, nivel socioeconómico entre otros.
Un ejemplo es la tensión que genera quedarse sin empleo, una madre soltera con una situación económica precaria, con deudas y 3 hijos; donde la angustia que le genera la noticia puede llegar a ser tan impactante que puede generar el trastorno de estrés agudo afectando su salud mental y predisponiéndola a otras patologías mentales a futuro. Por tal motivo este tema es muy interesante y una interacción adecuada con los pacientes en donde se detecten factores de riesgos que podrían desencadenar alguna enfermedad mental ayudaría a disminuir el impacto que estas generan.

Por definición este trastorno se caracteriza por la aparición de un conjunto de síntomas de ansiedad que tienen lugar después de la exposición a un acontecimiento altamente traumático. Estas alteraciones duran más de dos días, hasta un máximo de cuatro semanas y aparecen el primer mes, desde que se presenta el evento traumático. El acontecimiento traumático, suele ser reexperimentado en forma de imágenes, sueños, pensamientos etc. con la sensación subjetiva de estar reviviéndolos de nuevo y con un intenso malestar al exponerse a situaciones que puedan recordar al suceso. Según el DMS IV los criterios diagnósticos son:

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y 2:

1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos

B. Durante o después del acontecimiento traumático, el individuo presenta tres (o más) de los siguientes síntomas disociativos:

1. sensación subjetiva de embotamiento, desapego o ausencia de reactividad emocional
2. Reducción del conocimiento de su entorno (p. ej., estar aturdido)
3. desrealización
4. Despersonalización
5. Amnesia disociativa (p. ej., incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma)
C. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente en al menos una de estas formas: imágenes, pensamientos, sueños, ilusiones, episodios de flashback recurrentes o sensación de estar reviviendo la experiencia, y malestar al exponerse a objetos o situaciones que recuerdan el acontecimiento traumático.

D. Evitación acusada de estímulos que recuerdan el trauma (p. ej., pensamientos, sentimientos, conversaciones, actividades, lugares, personas).

E. Síntomas acusados de ansiedad o aumento de la activación (arousal) (p. ej., dificultades para dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia, respuestas exageradas de sobresalto, inquietud motora).

F. Estas alteraciones provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o interfieren de forma notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables, por ejemplo, obtener la ayuda o los recursos humanos necesarios explicando el acontecimiento traumático a los miembros de su familia.

G. Estas alteraciones duran un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas, y aparecen en el primer mes que sigue al acontecimiento traumático.


H. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica, no se explican mejor por la presencia de un trastorno psicótico breve.

lunes, 19 de mayo de 2014

Imágenes de autoayuda que pueden ser ilustrativas y que ayudan a generar conciencia y reflexión que podrían ser útiles en el tratamiento de la depresión, teniendo en cuenta que el acompañamiento en estos pacientes es muy importante y la motivación que se les dé tanto verbal como en este caso visual son de suma importancia: 


Encontrando respuestas


La carga que genera una enfermedad crónica y su asociación con un estado de depresión?
Esta semana estuvimos con diversos pacientes, entre los que me toco entrevistar el lunes dos de ellas que presentaban depresión; la primera paciente su origen estaba asociado a las múltiples hospitalizaciones y procedimientos realizados  desde el inicio de su enfermedad oncológica (linfoma T). Le aterraba mucho el hecho de morir, y saber que cada día iban sucediendo cosas que ella describe “como peores”, debido a este largo proceso desde el diagnostico de su enfermedad ella ha estado con mucha ansiedad, tristeza, insomnio y labilidad desde hace unos meses. Ella es una persona que siempre ha sido optimista y a pesar de sentirse triste siempre refiere “que todo va estar mejor y con ayuda de dios va a salir adelante”.

En un estudio donde los autores (Dres. Moussavi S, Chatterji S, Ustun B y colaboradores Fuente: SIIC) examinaron los datos de las world health Surveys (WHS) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comparar los decrementos en la salud asociados con la depresión y los relacionados con otras enfermedades crónicas y determinar los efectos aditivos de presentar depresión sobre las alteraciones de la salud causadas por las enfermedades crónicas. En el estudio se seleccionaron países 60 países de todo el mundo representando por continente de 5 a 6 países. Las WHS de la OMS evaluaron sujetos de mayores de 18. Como conclusión según los autores, el estudio basado en la población mundial más amplio que analizó el efecto de la depresión en comparación con otras 4 enfermedades crónicas sobre el estado de salud. Los resultados obtenidos demostraron que la comorbilidad entre las enfermedades crónicas y la depresión es frecuente y que los pacientes con enfermedades crónicas tuvieron significativamente mayor probabilidad de presentar depresión; por lo general, un grupo subdiagnosticado y subtratado. La depresión empeoró el estado de salud en un mayor grado en comparación con las enfermedades crónicas como angina de pecho, artritis, asma y diabetes. La comorbilidad con depresión empeoró de manera significativa el estado de salud de los pacientes con enfermedades crónicas en comparación con la presencia de depresión sola, cualquiera de las enfermedades crónicas sin depresión y la combinación de enfermedades crónicas sin depresión.

Se define la depresión como es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos de sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Este trastorno requiere una rápida intervención y en el caso de la paciente como ya se observó en el estudio, el hecho de que ella este bien en su estado de  ánimo, le da muchas más probabilidades de recuperación y mejor calidad de vida que el estar en un estado depresivo todo el tiempo. No son pacientes fáciles de manejar puesto que no ver una mejoría en este caso, a ella le genera angustia, y su miedo a morir no la deja vivir tranquila, por eso además de terapia farmacológica se debe iniciar psicoterapia para que ella aprenda como sobrellevar por lo que está pasando, que se sienta acompañada y que mire las cosas desde otro punto de vista. No se puede asegurar que su enfermedad tenga o no un mejor pronóstico pero si se podría lograr que ella viva este proceso de la forma más tranquila y poder generarle paz en caso de un desenlacé inevitable.